▲ Maria Victòria Molins, Viqui, acaba de cumplir 88 espléndidos años. Nadie lo diría. Si no fuera porque es monja, aunque a veces no lo parece, pensaríamos que tiene un pacto con el diablo. Pero quizás el motivo de esta vitalidad y energía inagotable es otro. Viqui siempre ha ido al revés. Para ella, las palabras prosperar, ascender o mejorar no tienen el mismo sentido que para la mayoría de personas. El recorrido vital de Viqui no es el que desean la mayoría de mortales. Ella nunca ha querido ir de abajo hacia arriba, lo ha hecho al revés. De la riqueza a la pobreza, de la comodidad a la incomodidad, de la facilidad y la placidez del primer mundo a las dificultades y las convulsiones que genera la miseria. Del upper al down.
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