Lo que funciona, ni tocarlo. En la Pineda (Vila-seca), histórico núcleo turístico de la Costa Daurada, la fórmula del éxito se repite verano tras verano. Hasta el infinito. Con un éxito de ocupación que cada agosto navega gustoso entre la masificación, el arenal de la Pineda es una demostración rotunda de la fortaleza del discutido modelo del turismo de sol y playa.
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