El anuncio de que Barcelona extinguirá todas las licencias de pisos turísticos en cinco años ha generado reacciones a favor y en contra. Entre estas últimas, ha habido quienes califican la medida de postureo y que no va a servir para solucionar la crisis de la vivienda de alquiler, que va a ser un brindis al sol. Es cierto que el regreso al mercado residencial de 10.000 pisos turísticos no va a ser la panacea por sí sola, pero que sigan existiendo tampoco ayuda.
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