El castillo de cuento de hadas

El castillo que mandó construir el rey Luis II de Baviera para sus ensueños de caballería medieval, Neuschwanstein, abrió sus puertas a los visitantes pocas semanas después de su muerte en 1886, pese a que las obras no habían terminado. Conocido por la historia como rey loco , Luis II, primo de la emperatriz Sissi de Austria-Hungría, fue hallado muerto a los 40 años en el lago de Starnberg en misteriosas circunstancias, que la familia real de los Wittelsbach cubrió con un tupido velo para ocultar la atormentada homosexualidad del monarca. Que ya a finales del siglo XIX, apenas fallecido el rey, su castillo de cuento de hadas enclavado en el paisaje alpino empezara a recibir visitas pese a hallarse a desmano de Munich (125 kilómetros) fue un preludio del hechizo que su arquitectura historicista y desaforada ejercería con el tiempo sobre los turistas.

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