Con la llegada del verano, la problemática del top manta se acentúa en los pueblos costeros. Las escenas de numerosas camisetas, bambas, bolsos y otros artículos de ropa expuestos en el suelo a escasos metros de la playa son una estampa habitual en ciertas ciudades pese a la presión policial. Uno de los puntos predilectos de los vendedores ilegales es la Costa Daurada y algunos municipios, como Cambrils, han recurrido a estrategias drásticas para dispersar a los manteros con la colocación de bloques de hormigón, las conocidas New Jersey, en distintos puntos del paseo marítimo.